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Devocional diario de los diferentes capítulos de las Sagradas Escrituras


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Colosenses 3. UNA VIDA ARMÓNICA

Sat, 08 Feb 2025

UNA VIDA ARMÓNICA


Colosenses 3:12 Dado que Dios los eligió para que sean su pueblo santo y amado por él, ustedes tienen que vestirse de tierna compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia. 13 Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros. 14 Sobre todo, vístanse de amor, lo cual nos une a todos en perfecta armonía. 15 Y que la paz que viene de Cristo gobierne en sus corazones. Pues, como miembros de un mismo cuerpo, ustedes son llamados a vivir en paz. Y sean siempre agradecidos. NTV.


La santidad de un creyente es lo primordial, ya que Él que los llamo de la esclavitud del pecado, es Santo. Jesucristo mientras estuvo en este mundo, no cedió a las tentaciones del maligno, ni tampoco a los placeres que ofrece este mundo, sino que llevó una vida totalmente santa, sin mancha, y sin ninguna contaminación del pecado. Los creyentes pese a conocer el estilo de vida que llevó el Unigénito Hijo de Dios mientras caminó entre los hombres, ellos no ponen su empeño en llevar una vida que refleje el estilo de vida de su Señor y Salvador Cristo Jesús. La manera de cambiar esta realidad, es que los redimidos por la sangre de Jesucristo, finalmente comprendan que fueron elegidos por el único Dios verdadero para que sean parte de su pueblo amado, para que vivan una eternidad junto a Él en el reino de los cielos.


Una vez que los creyentes comprendan que su ciudadanía no es de este mundo, sino del reino de los cielos, su comportamiento será diferente al comportamiento del resto de los hombres que viven sin Cristo en sus corazones. Finalmente empezarán a comportarse como verdaderos hijos de Dios, apartándose del pecado gradualmente hasta poder llevar una vida de santidad, tal como es el anhelo de su amoroso Padre Celestial. Para llevar una vida santa, los creyentes deberán vestirse de tierna compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia. De la misma manera deberán ser comprensivos con las faltas de los demás y perdonar a todo el que los ofenda, tal como un día el Unigénito Hijo de Dios perdonó absolutamente todos sus pecados. Sin duda, perdonar sinceramente a los que les ofenden, es lo que más les cuesta a los creyentes. Pese a que sea demasiado duro perdonar a su prójimo, el creyente debe hacerlo, con la sinceridad que Cristo le perdonó, y lo absolvió de toda culpa delante de Dios Padre.


Otra vestidura para que el creyente viva en santidad es el amor, ya que el amor une al creyente con sus semejantes en perfecta armonía, no solo con otros hermanos de la fe, sino con todas las personas de su entorno. Esto es posible ya que el amor está lleno de otras virtudes que facilitan la convivencia con otros individuos, por eso es primordial que el creyente tenga amor en su corazón, ya que, sin amor, no podrá vivir en armonía con otros, sino en discordias constantes. Vivir en armonía no significa que no deban existir opiniones distintas entre los creyentes, sino que debieran trabajar juntos en amor, más allá de sus diferencias. En una convivencia armónica gobernada por el amor, los creyentes podrán encontrar la verdadera paz que proviene de Jesucristo. La paz que proviene de Cristo es un estado del redimido por el cual puede relacionarse con su Creador y con los hombres en forma libre. Es la paz que sobrepasa el entendimiento humano, es la paz que solamente Dios puede dar. Por otro lado, la paz es declarar la guerra al pecado, a Satanás y toda su nefasta influencia aquí en la tierra. La paz es la certeza de estar en la voluntad de Dios y esto es posible solamente por lo que Cristo hizo en la cruz del calvario. Esta paz que el creyente debe tener o que debe gobernar, la tiene que ejercitar en la comunidad, convirtiendo así a la iglesia en un ejemplo de paz para el mundo.


Queridos hermanos. La convivencia armónica dentro de la comunidad cristiana y dentro de la sociedad humana, debe ser la prioridad para los redimidos por la preciosa sangre de Jesucristo. Para esta vida armónica, los creyentes deben estar vestidos de su nueva naturaleza en Jesucristo, ya que esta vestimenta está llena de virtudes propias del Unigénito Hijo de Dios, siendo la más importante de estas virtudes el amor. Hermanos. Solo el amor hará que tratemos a nuestros semejantes con tierna compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia, tal como nuestro amoroso Padre eterno nos trata todos los días. Con estas expresiones del amor, podemos tener una vida armónica en la comunidad, con la verdadera paz que proviene de nuestro amado Señor y Salvador, Cristo Jesús.


CIRCUNCISIÓN ESPIRITUAl

Thu, 30 Jan 2025

CIRCUNCISIÓN ESPIRITUAl


Colosenses 2:11 Cuando ustedes llegaron a Cristo, fueron circuncidados, pero no mediante un procedimiento corporal. Cristo llevó a cabo una circuncisión espiritual, es decir, les quitó la naturaleza pecaminosa. 12 Pues ustedes fueron sepultados con Cristo cuando se bautizaron. Y con él también fueron resucitados para vivir una vida nueva, debido a que confiaron en el gran poder de Dios, quien levantó a Cristo de los muertos. 13 Ustedes estaban muertos a causa de sus pecados y porque aún no les habían quitado la naturaleza pecaminosa. Entonces Dios les dio vida con Cristo al perdonar todos nuestros pecados. 14 Él anuló el acta con los cargos que había contra nosotros y la eliminó clavándola en la cruz. NTV.


Cuando un criminal es finalmente juzgado y sentenciado por quebrantar alguna de las leyes que rige a una nación, se levanta un acta en su contra. Un documento en el cual se describe detalladamente todos los cargos por los cuales la persona fue sentenciada. De la misma manera, en este documento o acta, se encuentra redactado la pena que debe pagar por sus acciones. Algo similar sucede en el ámbito espiritual, cuando las personas quebrantan los mandatos del eterno Creador, un acta es levantada en su contra, un documento que contiene todos los pecados cometidos en contra de Dios. Igualmente contiene la sentencia final, que es la condenación eterna en el lago de fuego. Toda la humanidad sin excepción tiene un acta en la corte celestial levantada en su contra, ya que toda la humanidad de una o de otra manera ha quebrantado los mandatos del único Dios verdadero.


El acta en contra del hombre pecador, se encuentra reposando en la corte celestial, esperando ser ejecutada en el final de los tiempos. Pero gracias al amor y la misericordia de Dios, la humanidad puede ser liberada de esta acta levantada en su contra, puede ser totalmente libre de toda condenación eterna. Esta liberación solo es posible si el hombre pecador acepta en su corazón el sacrificio realizado por Jesucristo en la cruz del calvario. Cuando una persona acepta a Jesucristo como su Señor y Salvador, el Unigénito Hijo de Dios circuncida la naturaleza pecaminosa del hombre, y lo libera del acta levantado en su contra. En el pasado, antes del sacrificio de Jesucristo, los judíos varones eran circuncidados en señal de su pacto con Dios, pero con la muerte de Jesucristo en el madero, todo esto cambió, la circuncisión corporal ya no era necesaria. Al momento que el hombre acepta a Cristo, su entrega o consagración a Dios queda escrita en su corazón, no en el cuerpo. Cristo les hace libres de los malos deseos a través de una operación espiritual, no una operación física. Dios quita su vieja naturaleza y les da una nueva naturaleza en su amado Hijo.


La circuncisión espiritual del creyente es realizada durante el bautismo en agua. Cuando el creyente se bautiza es sepultado con Cristo. Y con Él también es resucitado para que viva una vida nueva, debido a que confían en el gran poder de Dios, quien levantó a Cristo de los muertos. Antes de su declaración de fe, el hombre pecador está muerto a causa de sus delitos y pecados, pero tras la declaración de fe en Cristo Jesús, la naturaleza pecaminosa es quitada y entonces, Dios les da vida con su amado Hijo al perdonar todos sus pecados. Jesucristo anuló el acta con los cargos que había contra el hombre pecador y la eliminó clavándola en la cruz. El creyente es totalmente libre y ya no tiene ninguna condenación por los actos de su vieja naturaleza de pecado, ahora es totalmente libre para poder entrar a morar en el reino de los cielos.


Queridos hermanos. El acta que fue levantada en nuestra contra fue definitivamente anulada en la cruz del calvario. Ahora somos totalmente libres para llevar una vida en conformidad a la voluntad de nuestro amoroso Padre eterno. La anulación del acta en nuestra contra, no significa que podemos vivir en el libertinaje, sino que fuimos liberados de la condenación de nuestros pecados para que llevemos una vida que honre y glorifique a nuestro amado Señor. Hermanos. Ahora que somos libres del acta que nos condenaba, debemos apartarnos definitivamente de los actos que nos llevaron a esa condenación. Debemos apartarnos de los deseos de nuestra vieja naturaleza de pecado, y vivir en nuestra nueva naturaleza, alabando y glorificando el santo nombre de nuestro Señor y Salvador Cristo Jesús, y servirle con los dones y talentos que hemos recibido de su Santo Espíritu.


LIBRES DE CULPA

Tue, 28 Jan 2025

LIBRES DE CULPA




Colosenses 1:19 … a Dios, en toda su plenitud, le agradó vivir en Cristo 20 y, por medio de él, Dios reconcilió consigo todas las cosas. Hizo la paz con todo lo que existe en el cielo y en la tierra por medio de la sangre de Cristo en la cruz. 21 Eso los incluye a ustedes, que antes estaban lejos de Dios. Eran sus enemigos, estaban separados de él por sus malos pensamientos y acciones. 22 Pero ahora él los reconcilió consigo mediante la muerte de Cristo en su cuerpo físico. Como resultado, los ha trasladado a su propia presencia, y ahora ustedes son santos, libres de culpa y pueden presentarse delante de él sin ninguna falta. NTV.




Antes de la llegada de Jesucristo a este mundo, la única manera de alcanzar el perdón de los pecados y la salvación, era por medio del sacrificio de animales. Este ritual sacrificial era practicado únicamente por el pueblo hebreo, ya que ellos fueron elegidos por Dios Padre para que sean su pueblo amado. A ellos por medio de este acto sacrificial, les había dado la tarea de proclamar el perdón de los pecados a todas las naciones del mundo, y así reconciliar a toda la humanidad con Dios. Pero el pueblo hebreo, no fue fiel con las ordenanzas que Dios les había dado, sino que se enfrascaron en sí mismos y en la práctica de las tradiciones que ellos mismos habían cultivado con el pasar de los tiempos. Enfrascados en estas prácticas, no abrieron la puerta a la proclamación del amor de Dios por toda la humanidad.




Por la negligencia mostrada por el pueblo escogido, Dios actuó personalmente, y envió a su amado Hijo, para que por medio de Él, toda la humanidad pueda alcanzar la reconciliación. Sin excepción, toda la humanidad se encuentra enemistado con Dios, debido a sus delitos y pecados, todo aquel que diga que no es culpable de estos cargos, es totalmente mentiroso, ya que todos de una y otra manera, pecan y ofenden de gran manera a Dios. El hombre constantemente está pecando, ya sea con sus pensamientos, con sus palabras o con sus acciones, por eso vive enemistado con Dios y necesita ser reconciliado para poder alcanzar el perdón a sus pecados, y la posibilidad de vivir eternamente en el reino de los cielos. Solo por medio de la reconciliación con Dios Padre, el hombre puede liberase de la condenación eterna, por eso si el hombre no alcanza la reconciliación con Dios antes de su muerte física, irremediablemente será condenado a una eternidad de sufrimiento en el lago de fuego.




Dios no deseó, no desea, ni deseará que la corona de su creación sea condenada a una eternidad de sufrimiento, por eso, por medio de su amado Hijo Cristo Jesús, hizo posible que la humanidad alcance la reconciliación. La muerte de Cristo en el madero, abrió un camino para que todos puedan llegar a la presencia de Dios Padre, sin ningún temor de ser condenados por sus delitos y pecados. Jesús con su sacrificio, puso a un lado al pecado que le impedía al hombre disfrutar de una relación correcta con su eterno Creador. Esto no significa que toda la humanidad ha sido salva, sino que el camino ha sido abierto para todo aquel que confiese que Jesucristo es su Señor y Salvador, sea salvo. Una vez que el hombre confiese el señorío de Cristo en su corazón, tendrá paz con Dios, pues habrá alcanzado la reconciliación, pues Cristo ya pagó un alto precio en la cruz por sus delitos y pecados cometidos. Ahora, el hombre redimido gracias a la preciosa sangre del Unigénito Hijo de Dios, es totalmente libre de toda condenación. Como resultado de su proclamación de fe, los creyentes, son trasladados a la presencia de Dios Padre, son santificados, libres de culpa y pueden presentarse delante de Él sin temor a ser condenados por sus vidas pasadas.




Queridos hermanos. Nadie es lo suficientemente bueno para salvarse a sí mismo, ya que todos hemos pecado de una, o de otra manera, por eso estamos enemistados con Dios y necesitamos ser reconciliados con Él para alcanzar la vida eterna en el reino de los cielos. La única manera de alcanzar la reconciliación con Dios Padre, es aceptando el sacrificio realizado por su amado Hijo Cristo Jesús en el madero, pues aparte de Él, no hay forma de que nuestros pecados sean perdonados o quitados definitivamente de nuestra vida. Hermanos. Una vez que hemos alcanzado la redención, debemos permanecer firmes en la verdad del evangelio, poniendo nuestra confianza solo en Jesús para que perdone nuestros pecados, nos presente justos delante de Dios y nos dé el poder suficiente para vivir como Él quiere que lo hagamos. Ahora que hemos sido reconciliados con Dios Padre, apartémonos definitivamente de nuestra vieja naturaleza y vivamos en nuestra nueva naturaleza en Cristo, honrando y glorificando su santo nombre.


FILIPENSES 4. GOZO EN EL SEÑOR

Sat, 25 Jan 2025

GOZO EN EL SEÑOR


Filipenses 4:4 Estén siempre llenos de alegría en el Señor. Lo repito, ¡alégrense! 5 Que todo el mundo vea que son considerados en todo lo que hacen. Recuerden que el Señor vuelve pronto. 6 No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. 7 Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús. NTV.


La alegría de todas las personas que han alcanzado la redención, debe estar totalmente independiente de las circunstancias que le toque vivir, ya sea que tengan todo lo necesario para satisfacer sus necesidades básicas, o no lo tengan. Pero para la mayoría de creyentes no es posible tener alegría en toda circunstancia, porque la alegría de este grupo de creyentes, depende de su buena salud, de su estabilidad económica y la ausencia de las dificultades en sus vidas. En contraste a la mayoría de creyentes, el apóstol Pablo comprendió que su alegría no dependía de las circunstancias de su vida, sino que dependía de su relación con el unigénito Hijo de Dios, por eso el apóstol, sentía gozo o alegría aun en situaciones para nada favorables, porque mantenía una estrecha comunión con el Señor. Jesucristo llenaba completamente cualquier vacío en su vida, ya sea el vacío de la necesidad, tristeza, dolor o enfermedad. Pablo tenía el gozo del Señor en su corazón, por eso aun cuando estuvo preso en un obscuro y húmedo calabozo, manifestó su completo gozo, al alabar y glorificar el santo nombre del Señor de los Señores.


La actitud del apostol Pablo en medio de la adversidad, enseña lecciones importantes para los creyentes de la actualidad: La actitud interior no necesita reflejar las circunstancias externas que el creyente pueda estar atravesando. El apóstol estaba lleno de gozo y alegría porque sabía que, pese a que se encontraba encerrado en el calabozo, el Unigénito Hijo de Dios estaba con él. Por todo lo que había atravesado en su vida cristiana y su servicio al Señor, Pablo insta a los filipenses, y a toda la generación de futuros creyentes a regocijarse en el Señor sin importar la circunstancia que puedan estar atravesando. La solicitud del apóstol Pablo, es difícil de cumplir para la mayoría de creyentes, ya que no todos alcanzan la madurez espiritual como lo había alcanzado el apóstol. Pues para el creyente inmaduro es muy fácil desalentarse frente a circunstancias que no son placenteras o tomar hechos sin importancia como si lo fueran.


El gozo supremo no debe de venir de las cosas materiales, de los recursos económicos, de la buena salud, o de las posesiones que el creyente pueda tener, el gozo supremo esta presente en la vida del creyente desde el momento que Cristo empezó a habitar en su corazón. El creyente debe permanecer siempre gozoso debido a que fue liberado de toda condenación futura a causa de sus delitos y pecados pasados, presentes y futuros. Desde el momento de la conversión del hombre, Cristo permanece cerca del creyente y en su Segunda Venida podrá disfrutar de Su presencia en toda su plenitud. Él que habita en el corazón del creyente, cumplirá su máximo propósito. Al tener Gozo en su corazón, el creyente podrá disfrutar de una verdadera paz que proviene de Dios. La paz de Dios es diferente a la paz del mundo. La paz verdadera no se encuentra en el pensamiento positivo, en la ausencia de conflictos o en buenos sentimientos. Ella es producto de saber que Dios controla. La ciudadanía del creyente en el reino de Cristo está asegurada, su destino está determinado y puede tener victoria sobre el pecado.


Queridos hermanos. El gozo cristiano no tiene relación alguna con el efímero contexto de la vida, y por ello no es víctima de un día fugaz. En un momento el creyente lo puede tener todo, y perderlo en un instante, por eso el gozo del creyente no debe depender de las circunstancias del momento. En el corazón del creyente, el gozo debe permanecer sin importar el momento o las circunstancias que pueda estar atravesando, ya que su gozo proviene de la libertad que tiene en Cristo Jesús. Hermanos. Que nuestro gozo no dependa de nuestras circunstancias momentáneas. Debemos estar siempre alegres y gozosos ya que nuestra vida eterna en el reino de los cielos está asegurada, gracias al sacrificio realizado por Jesucristo en el madero en nuestro favor.


Filipenses 3. FE EN CRISTO

Fri, 17 Jan 2025

FE EN CRISTO




Filipenses 3:6 Era tan fanático que perseguía con crueldad a la Iglesia. Y, en cuanto a la justicia, obedecía la ley al pie de la letra. 7 Antes creía que esas cosas eran valiosas, pero ahora considero que no tienen ningún valor debido a lo que Cristo ha hecho. 8 Así es, todo lo demás no vale nada cuando se le compara con el infinito valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él, he desechado todo lo demás y lo considero basura a fin de ganar a Cristo 9 y llegar a ser uno con él. Ya no me apoyo en mi propia justicia, por medio de obedecer la ley; más bien, llego a ser justo por medio de la fe en Cristo. Pues la forma en que Dios nos hace justos delante de él se basa en la fe. NTV.




En algunos movimientos religiosos actuales, existe una perspectiva errónea en cuanto al perdón de los pecados, la justificación y la salvación, pues creen que pueden obtenerla por medio del cumplimiento estricto de la Ley dada por Dios Padre al pueblo hebreo en el pasado. Esta perspectiva, es errónea, ya que los hombres no pueden alcanzar la justificación por sus propias obras, sino que necesitan la intervención Divina. Esta intervención Divina la realizó Jesucristo cuando voluntariamente vino a este mundo y entregó su vida en la cruz del calvario, para que toda la humanidad pueda alcanzar el perdón de sus pecados, la justificación, la salvación y la vida eterna en el reino de los cielos. Los hombres no pueden ser declarados justos por cumplir la Ley del Antiguo Testamento, ni tampoco por penitencias corporales, ni sacrificios, sino únicamente por creer en el sacrificio realizado por el Unigénito Hijo de Dios.




Al igual que algunos religiosos de la actualidad, el apóstol Pablo antes de su encuentro personal con Jesucristo, pensaba que podía alcanzar la justificación por el cumplimiento estricto de la ley Mosaica, así como por su servicio a Dios. Por eso, cuando perseguía a la iglesia, pensaba sinceramente que estaba sirviendo a Dios, pues trataba de eliminar a este movimiento cristiano, pues consideraba que eran herejes que se oponían a las prácticas de la Ley, así como a las prácticas de las tradiciones del judaísmo. El apóstol vio en el cristianismo una amenaza a su propia religión, así como a su pueblo, y a Dios mismo. Además, vio al cristianismo como una política amenazadora porque pretendía trastornar la frágil armonía entre los judíos y el gobierno romano, por eso, el exterminio de los cristianos sería conveniente para su pueblo, para el gobierno romano y para el Dios de sus antepasados.




Una vez que tuvo ese encuentro personal con Jesucristo, se le fueron abierto los ojos a la verdad de las enseñanzas del evangelio, toda su perspectiva cambió en cuanto a Cristo, la práctica de la Ley mosaica, el servicio a Dios y la justificación. Pablo vio que todo lo que pensaba que era correcto, no lo había sido, pues no tenía nada de valor en comparación con el conocimiento de Jesucristo, y su sacrificio en la cruz del calvario para el perdón de los pecados, la justificación, y la salvación de toda la humanidad. Por eso, una vez que llegó a este conocimiento de la verdad, desechó como basura todo lo que había hecho en el pasado, con el fin de ganar a Cristo y llegar a ser uno con Él. Pablo finalmente había comprendido que los esfuerzos humanos para ser declarados justos delante de Dios Padre, son inútiles, por eso dispuso en su corazón a abandonar sus propios esfuerzos para ganar la salvación y sencillamente confiar en Jesucristo para alcanzar su justificación. Al igual que Pablo, los hombres deben comprender que no pueden hacer nada para ser declarados justos, sino que necesitan a Jesucristo para ello, ya que solo por fe en el sacrificio que Él realizó en la cruz del calvario, pueden ser declarados justos en la presencia de Dios Padre.




Queridos hermanos. Por más que nos esforcemos en cumplir la Ley Mosaica, las tradiciones religiosas, las penitencias, así como los sacrificios, no podemos ser declarados justos en la presencia de Dios Padre, irremediablemente necesitamos la justicia de Su amado Hijo Cristo Jesús, ya que Él, entregó Su vida para que alcancemos esa justicia. La justificación a nuestros delitos y pecados, viene solo de Jesucristo. Somos hechos justos al confiar en Él. Cristo Jesús cambia nuestros pecados y nuestras faltas por su completa justicia. Amigo. Solo los justos alcanzarán el reino de los cielos, los demás serán condenados a una eternidad de sufrimiento en el lago de fuego. Si usted todavía no ha alcanzado la justicia de Dios, no pierda más el tiempo, hoy puede ser declarado justo, si acepta en su corazón el sacrificio realizado por Jesucristo en su favor.


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